¡Preparamos el Carnaval! en el Aula de Oncología del Hospital Virgen de la Arrixaca
La implicación, la participación, la confianza que ellos depositaron en nosotros en ese momento, los momentos personales compartidos, las historias contadas, compartir sus ideas sobre diferentes temas, su entrega, así como su interés por compartir ese momento con nosotros hace que esta experiencia vivida sea necesaria como productiva.
El trabajo que hacen es tan necesario como importante para el desarrollo tanto de los más pequeños como de los jóvenes.
Llegamos con mucha curiosidad por saber a quién íbamos a conocer, ya que son tan importantes como admirables.
Superaron su barrera de la vergüenza.
Esta experiencia como todas las que decidimos compartir es única y merece la pena vivirla. Llegamos sin saber que nos íbamos a encontrar y ellos nos encontraron a nosotros.
Sus miradas dicen más que las palabras. Los niños tienen algo que no tenemos los adultos, pese a estar en situaciones difíciles nos dieron lo mejor que nos podían dar en ese momento y lo compartieron con no-sotros, sea cual sea la situación, a través de un cristal, en la mesilla de una cama o en la propia aula.
Nos llevamos de esta experiencia el amor que ponen todos y cada uno de los maestros en todos ellos y en lo que hacen día a día y el mejor regalo que ellos nos pueden dar y de lo que aprendemos cada día, poner una sonrisa en todo lo que hacemos, aunque las circunstancias no nos acompañen.