Coaching Familiar

El entorno familiar es un foco de muchas satisfacciones pero también, causa de frustraciones personales como consecuencia de conflictos que se producen en el seno de un sistema que tiene unas leyes distintas a las de la amistad.

La familia es el núcleo de intimidad que acompaña a todo ser humano desde que nace.

A través del Coaching familiar es posible crear nuevos puentes de comunicación entre familiares implicados en un conflicto que quieren solucionar.

En el Coaching Familiar existe un doble objetivo: debe posibilitar el desarrollo individual de cada persona implicada y también, el bienestar colectivo. A través de esta experiencia de autoconocimiento propio, también vinculado con la alteridad de la familia como un espejo, cada persona puede comprender mejor la historia de su sistema familiar. Para, a partir del contexto presente, alinear una dirección común de armonía y comunicación.

A su vez, cada persona puede conocer mejor qué rol desempeña en el seno del sistema y cómo, un cambio de posición puede ayudar a crear nuevos vínculos más sanos.

Generalmente, en un proceso de coaching familiar, los clientes implicados consiguen identificar esos puntos de fisura, comprendiendo así la causa de los conflictos.

A veces, los problemas de comunicación familiar esconden dolor no solo en las palabras, sino también en los silencios de sentimientos que no se expresaron y, por tanto, quedaron enquistados. Por esta razón, el coach es un agente facilitador del cambio para desbloquear nudos o círculos viciosos.

Cuando el sistema alcanza su equilibrio natural, todos los miembros del grupo se nutren de la autoestima de estar en él.

El Coaching Familiar o Sistémico trata ese TODO formado por las personas, las relaciones, los vínculos y el sistema, manteniendo el espacio individual, teniendo en cuenta que “El todo, es más que la suma de las partes”.

Supone trabajar con la familia para ayudarles a establecer un objetivo grupal, más allá de las necesidades personales y a la vez que estas queden cubiertas, alineando a los miembros hacia una dirección común.

El entorno familiar puede ser un foco de muchas satisfacciones pero también, causa de frustraciones personales como consecuencia de conflictos que se producen en el seno de un sistema que tiene unas leyes distintas a las de la amistad.

La familia es el núcleo de intimidad que acompaña a todo ser humano desde que nace.

Campos de actuación.

A través de un proceso de Coaching Familiar es posible crear nuevos puentes de comunicación entre familiares implicados en el proceso que sufren un conflicto que quieren solucionar.

De este modo cada familiar puede conocer mejor qué rol desempeña en el seno del sistema y cómo, un cambio de posición puede ayudar a crear nuevos vínculos más sanos.

Generalmente, en un proceso de Coaching Familiar, los clientes consiguen identificar esos puntos de fricción, identificando la causa de los conflictos. A veces, los problemas de comunicación familiar esconden dolor no solo en las palabras, sino también en los silencios de sentimientos que no se expresaron y, por tanto, quedaron enquistados.

Por esta razón, el Coach es un agente facilitador del cambio para desbloquear nudos o círculos viciosos.

El Coaching Centrado en la Familia trabaja para despertar la Conciencia Colectiva.

Permite unificar esfuerzos, descubrirse, buscar nuevas opciones y cambiar puntos de vista para encontrar respuestas y aportar recursos para avanzar la relación familiar.

Su objetivo es despertar Conciencia y Responsabilidad, desarrollar destrezas y suscitar cambios que mejoren las relaciones y vínculos entre los familiares. Es una disciplina vivencial y transformadora donde todos los miembros aprenden a trabajar empáticamente con su entorno, tratando temas como:

Límites y autoridad. Gestión del tiempo en familia. Comunicación efectiva con pareja e hijos. Eliminación de creencias limitantes. Mejorar las relaciones. 

¿Por qué se inicia?

Para mantener la autoridad ante sus hijos, mejorar la conciliación laboral, solucionar los conflictos de forma asertiva o desarrollar habilidades de comunicación.

A través de un proceso de Coaching Familiar los protagonistas se convierten en agentes de cambio en sus vidas para dejar de sentirse desbordados por situaciones cotidianas que pueden comprender mejor al observarlas desde una nueva perspectiva.

El Coach utiliza el método de la pregunta para facilitar la búsqueda de soluciones alimentando la esperanza del amor que hace posible lo difícil. Pero además, en un proceso de Coaching, surge el contexto para una nueva comprensión puesto que cada uno comprende los puntos de vista del otro.

En muchas ocasiones, cada persona se ha encerrado tanto en su propio punto de vista que no ha recibido la información complementaria de la otra parte de la historia. Y esta escucha activa es necesaria para avanzar juntos.

Además, muchas familias quedan enredadas durante mucho tiempo en problemas del pasado de los que se hacen reinterpretaciones constantes a partir del presente. La parte positiva del Coaching es que esta metodología pone su atención en el presente para crear una potencialidad futura. Es decir, el Coaching Familiar se enfoca en la búsqueda de soluciones.

La realidad es que es muy difícil ser feliz dando la espalda a las raíces. Por tanto, para ser feliz no solo necesitas sentirte bien en tu propia piel, sino también, fomentar los vínculos sanos con tus seres queridos.

En lugar de observar los conflictos como un problema limitante cambia tus creencias y transforma estas barreras en una oportunidad para reconstruir juntos esos lazos. Es necesario tomar conciencia y tener voluntad de cambio para que el proceso de Coaching Familiar sea realmente efectivo.

No existen familias perfectas. Sin embargo, toda familia tiene un potencial de evolución que se alimenta de las fortalezas individuales y comunes de sus miembros.